El 4 de febrero ha sido declarado como el Día Internacional del Cáncer. Me gustaría aportar mi grano de arena, puede que a alguien le sirva.
Si algo he aprendido del cáncer es que la complejidad y el dilema no residen en la verdad, sino en qué hacer con ella cuando la descubres.
Del cáncer puedo decir que no solo es un horóscopo: es una lotería. De que te toque o no, depende, en parte, cuánto inviertes en la apuesta. Si no tienes una alimentación consciente, si te sobra estrés y si no vives en coherencia, tienes todas la papeletas para que te toque.
El cáncer me ha enseñado que uno no debe sentirse una víctima por haberlo padecido, sino un privilegiado por haber sobrevivido. Y si además, se aprende algo, sentirse un Elegido.
A quien no le ha tocado esa lotería, me gustaría indicarle que el cáncer no es una competición. Si no lo has vivido en tus carnes,
ahórrate dar consejos o animar a los "agraciados" con calificativos como campeones,
guerreros, valientes o palabras de ese corte, porque les crearás frustración
y sentimiento de culpa por sentirse angustiados, cagados de miedo, hechos polvo, por el tipo de enfermedad que les ha tocado afrontar. Porque no todos los tipos de cáncer son iguales (hay miles), ni afectan del mismo modo, forma o intensidad a quienes lo padecen.
Mostrar un poco de compasión (Compasión: Sentimiento de tristeza que produce el ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar su dolor o sufrimiento, a remediarlo o a evitarlo), además de ser un síntoma de inteligencia de quien la otorga, reconforta y ayuda mucho más que cargar a
alguien que tiene cáncer con la responsabilidad absoluta de demostrar al mundo lo fuerte que es. Que los toros se ven estupendamente desde la barrera. Y, por otra parte, nadie decide tener cáncer para demostrar al mundo lo valiente que es. La valentía es otra cosa. Si tienes cáncer, preocúpate más por lo que ha venido a enseñarte que por lo que el mundo pueda pensar.
Sobre todo, recuerda que no tienes que demostrar nada a nadie, solo focalizarte en tu Sanación y aprender de la experiencia. Solo eso.
Y a los que dicen lo que hay que hacer a quienes tienen cáncer, como si fueran expertos en la materia, les diría que no digan, que hagan, y que en vez de pretender que sigan sus pasos, que dejen huella.
Sobre la valentía, tiene más que ver expresar tu verdad, andar tu camino, seguir adelante, a pesar de las voces en tu cabeza y los juicios de los demás. Y, bueno, alguna cosa más en la que coincido con Jeff Foster y que no tiene nada que ver con tener cáncer.
Recuerda que nadie puede caminar por ti. No permitas a nadie trazar tu camino. Ni siquiera al cáncer... Cuídate mucho.
Hasta pronto.
SOBRE LA VALENTÍA
La valentía es tu disposición a no saber.
Expresar tu verdad. Andar tu camino.
Hacer frente a la burla y el rechazo.
Seguir adelante, a pesar de las voces en tu cabeza y los juicios de los demás.
Y sin garantías de que llegues a lograrlo.
¡Nadie puede caminar por ti!
Caminas en una soledad radical, desnudo frente a la vida, sin protección, sin muletas, sin ninguna autoridad externa.
Sin una ideología que te salve.
Sin una sola promesa más.
Sólo el latido del corazón, y el aire en los pulmones, y la emoción y el terror de ser absolutamente libre, y ya nunca indiferente.
Y un saber de muy adentro.
Y el llamado de tus antepasados.
Y el suelo sosteniéndote.
Y el sol alimentándote.
Y la fragancia del amor por todas partes.
Y cálidas lágrimas corriendo por tus mejillas.
Y esta hermosa vulnerabilidad
que te hace absolutamente inquebrantable.
- Jeff Foster
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