Si la sutileza se encontrara en mi lista de cualidades diría que
últimamente me he sentido ligeramente indispuesta, pero como todavía no lo he
conseguido (ser sutil) comenzaré diciendo que llevo varias semanas
bastante averiada y no he podido escribir. Algún día contaré sin tapujos sobre
algunas cosas que son molestas socialmente, como por ejemplo, estar
doliente y a pesar de ello ser feliz, aunque por el momento prefiero deleitarme
contemplando el arte de ser sutil.
Lo cierto es que ha ocurrido algo como una señal en esta,
mi renovada vida, que me ha hecho comprender que ya nada volverá a ser lo
mismo: ¡Se casan! Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa se darán el sí quiero en
este recién estrenado año.
Isabel es el icono de la sutileza por excelencia; experta en
decir lo que no se oye, indicar lo que se presiente o desvelar lo que no se ve;
nada que ver con otro icono de la belleza como era Marilyn Monroe. Rubia, sexy,
sensual. Sexual. Con un cociente intelectual de 165 y tan natural como para
soltarle al mismísimo Einstein:
"¿Qué dice,
profesor?... deberíamos casarnos y tener un hijo juntos ¿Se imagina un bebé con
mi belleza y su inteligencia?"
A lo que Einstein respondió:
"Desafortunadamente
temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo con mi
belleza y su inteligencia".
Si la que estaba frente a Albert Einstein en aquella reunión
hubiera sido Isabel Preysler no sólo se hubiera casado con el premio Nobel de
Física sino que hubieran tenido un hijo. Un Einstein Preysler. Fijo.
Las biografías de Marilyn e Isabel Preysler tienen muchas cosas
en común: se casaron tres veces. El primer matrimonio de la actriz fue a
los 16 años con un ex-capitán de fútbol que le fue infiel. Isabel se casó
por primera vez de penalti a los 19 con
un ex-jugador de fútbol (lo que es la vida) que se convirtió en una estrella de la canción y que también
se hizo muy famoso por ponerle muchos cuernos.
El segundo marido de Marilyn fue un jugador de beisbol de los
New York Yankees. Y el tercero fue un intelectual ganador de un premio
Pullitzer.
Isabel se casó de segundas con un aristócrata al que dejó
para casarse por tercera vez con un conocido y reconocido ministro del que enviudó
hace poco.
He crecido con las revistas del corazón. En casa de mis padres,
en las peluquerías, en el dentista, en las montañas, en los valles, en los
prados. Sé más de la vida de Isabel que la de cualquiera de mis
hermanos, y tengo muchos. En incontables ocasiones he presenciado
conversaciones donde no solo hablaban de ella sino que se la etiquetaba y
juzgaba. No sé cuántas veces he oído decir que es una puta fina.
Sí, en este país de envidiosos donde una enfermedad endémica como es el
machismo salvaje - que se ha cobrado más víctimas que el terrorismo - está
muy mal visto que una mujer tenga 5 hijos de tres matrimonios, que se las
arregle para no ser nunca la amante sino la señora, que tenga la inteligencia
suficiente para hacer creer al mundo que los poderosos y ricos son sus maridos
cuando la realidad es que ella genera más dinero y ostenta más poder que
cualquiera de ellos.
Sí, en este país de envidiosos - donde algunas señoras calzan el doble de
machismo que muchos hombres - está muy mal visto que una mujer haga lo que le
sale del moño. Sobre todo si presume de una figura envidiable, practica
natación, monta a caballo, juega al tenis y al bádminton, dedica gran parte de
su tiempo al yoga y alimenta su cuerpo como un verdadero templo. No sé,
pero da la impresión de llevar una vida muy saludable. Que se quiere.
Y, sobre todo, da la impresión de ser feliz. Quien crea que una mujer de
65 años que tiene 5 hijos, se ha divorciado dos veces, ha enviudado otra, y a la que se le ha muerto parte de su familia
no ha tenido motivos para estar triste es un completo idiota. Sin embargo ahí
está el secreto y la sutileza de su éxito, con los hombres y con el resto del
mundo interestelar: irradia felicidad.
Sí, ser sutil es un arte al alcance de unos pocos. Ya
me gustaría a mí manejarlo como ella, pero me pasa lo que a Chus Lampreave en Mujeres al borde de un ataque de nervios que dice que ella es testiga de Jehová y que
tiene que decir la verdad toda la verdad y nada más que la verdad, que ya le
gustaría a ella poder mentir, pero que eso es lo que tiene ser testiga.
El rosario de amantes que tuvo Marilyn no
impidió que se sintiera, sufriera y muriera sola. Los versos rescatados en uno
de sus cuadernos recientemente retratan a una Marilyn insegura, asustada, que
no llegó a quererse, que buscó consuelo
en multitud de hombres y que no logró zafarse de la sensación de abandono que
la acompañó desde niña. Un padre ausente, una madre desequilibrada, hogares de
acogida y agresiones varias fueron el terreno donde la fama y la gloria no
tuvieron nada que hacer para persuadirla de que su suerte había cambiado.
En cambio la reina de los azulejos y de los bombones procede de
una acomodada familia de Filipinas que tuvo a bien "exiliarla"
a casa de sus tíos en España para evitar una relación sentimental
no deseada por sus padres. Puede que se sintiera contrariada pero no creo que
llegara a sentir ni de lejos la sensación de soledad y abandono que acompañó
toda la vida a la novia de América.
Marilyn nunca llegó a descubrir el amor natural que sentían
hacia ella. En realidad nunca llegó a sentirse querida, aunque era aceptada
porque a pesar de todo se la presentía infeliz. Es lo que tiene la desdicha: te
hace especial.
Puedes llamar la atención de la gente porque siempre que estés
triste te hacen caso, te quieren, te comprenden. Todos cuidan de ti ¿Quién
envidia a una persona desdichada?, ¿quién quiere ser hostil hacia una persona
desgraciada? Sería demasiado ruin. Cuando eres desdichado
incluso puedes llegar a ser santo, basta con echarle un vistazo al santoral. Cuando
estás enfermo o deprimido los amigos vienen a verte para consolarte. La desdicha
proporciona respeto, comprensión y amigos; los mismos que te envidian cuando
eres feliz, porque las personas felices hieren el ego de los demás. Cuando eres
feliz el mundo entero se vuelve contra ti porque dejas de formar parte del
pasado, de la terrible historia que has vivido. Cuando eres feliz dejas de
formar parte del tiempo. Doy fe.
En la entrevista sobre "La conciencia e inconsciencia"
Alejandro Jodorowsky dice lo siguiente:
Toda la vida he
luchado por encontrar los métodos o herramientas que permitan el desarrollo de
la conciencia... El problema es el nivel de conciencia. No todo el mundo tiene
el mismo nivel de comprensión. Por la sencilla razón de que somos dobles. Somos
seres racionales que como una pequeña barca navegamos por un gran océano que
llamamos inconsciencia... Ahora, acercarse a ese océano de la inconsciencia es
un trabajo heroico, mítico, conocerse a sí mismo... Pero pocas personas
acometen esta batalla porque estamos atados a la individualidad.
Nos ha sido dado un nombre, nos ha sido dado un sistema psicológico que
parte de la familia. Repetimos el pasado, hay una sociedad que nos marca, que
nos compromete. Y hay una cultura que nos da unas leyes y unas creencias. Bien,
ese es el pasado que nos impide avanzar, por eso hace falta tener la valentía
de mirarse a sí mismo e iniciar ese trabajo, trabajar sobre sí mismo. Hay tres
posibilidades:
Una, encontrarse a sí mismo de repente, que te reencuentras contigo
mismo, por ejemplo en un sueño, algo así como una iluminación repentina.
Dos, porque uno se ha puesto a estudiar, a leer, a re leer, a orar, a
trabajar, a seguir pistas... te trabajas... y al final, te encuentras.
Y la tercera, cuando encuentras a una persona caricativa, que ha hecho su
trabajo previamente, y te ayuda. Estas son las tres posibilidades.
¿De dónde procede este miedo a
enfrentarse a uno mismo, de expandir nuestras mentes, de expandir nuestras
conciencias, de darse la libertad de ser quien uno es, y de no ser lo que otros
han querido que seamos?, ¿por qué no lo afrontamos? Bueno, es muy sencillo...
La familia de donde procedemos todos está sujeta a una sociedad y actúa
como un clan, como una sociedad cerrada. Ahora bien, el gran miedo de la
persona que pertenece a un clan es ser expulsado del mismo...
Y la familia lo utiliza diciendo: "si tú cambias, ya no eres parte
de nosotros, si cambias no esperes que te sigamos queriendo". Porque desde
la infancia tenemos marcadas determinadas predicciones, caminos a seguir,
planes que ya han hecho para nosotros. Y si traicionamos tales planes buscando
algo distinto o nuevo sentimos que seremos castigados por la exclusión de ese
clan, no siendo queridos más, perdiendo al final la protección del clan... Esto
es por lo que no lo enfrentamos. Muchas personas están atadas a su nombre, como
lo están a una nacionalidad, como están atadas a un idioma, como están atadas a
un sistema de ideas, como están atados a una religión, como están atadas a unas
ideas políticas heredadas... Así que, para cambiar tenemos que disolver todo
esto... Es el mismo trabajo que hace un alquimista, una tarea de disolución
para llegar hasta nuestro verdadero ego, llegar a un ser auténtico porque se
puede vivir en la verdad, no en un falso ego.
Nos han puesto un traje ya desde el vientre de la madre y ese traje que
todos usamos, en un momento determinado, después llega a ser una cárcel.
Si nosotros logramos eliminar todas esas cosas negativas que uno recibe,
ahí queda el diamante... Queda el tesoro que la familia nos comunica. El amor
natural que sienten hacia nosotros. Nosotros somos queridos. Uno descubre
eso...
Alguien me dijo: "Cuando te encuentras a ti mismo, cuando llegas a
ser tú mismo, uno no llega a 'sí mismo', llega a un “nosotros mismos”. Y uno da un paso desde la concepción del
individuo, separado hacia la concepción de la humanidad. Si yo pienso como
"humanidad" es muy diferente a si pienso como individualidad. ¿Cuál
es el espíritu de la individualidad? Bueno... lograr triunfar, ser rico, ser
aplaudido, ser bien alimentado, bien fornicado... es lo que quiere todo
el mundo de forma individual, yo deseo no tener dificultades, etc... Quiero ser
muy querido, pero ¿cuál es la finalidad de aquel que mira por la humanidad? Hay
ahí una gran diferencia... la primera cosa que uno piensa es la supervivencia de
la humanidad, uno no puede enseñar al
inconsciente a entender lo racional... Pero
uno puede enseñar a lo racional a hablar el lenguaje del inconsciente... Y así
el inconsciente puede comprender. El inconsciente comprende la
"metáfora". Te doy un ejemplo muy fácil, hasta un idiota puede
comprender: un clarividente estúpido leyó las cartas del tarot a una persona y
le dijo "alguien muy cercano a ti va a morir y te costará mucho
dinero". Esa persona se obsesionó. Porque cuando una predicción entra en
nuestro espíritu, el inconsciente se ve afectado y va a haber una tendencia a
que eso se cumpla. Y hasta que esa predicción no se cumpla, la persona no va a
estar tranquila. Tendrá miedo. Entonces yo le dije a esa persona: Realiza el
acto, ¡realízalo !, haz que ese hecho ocurra. Eso que te ha predicho. Toma algo
vivo cerca de ti y haz que te cueste mucho dinero. Entonces cierra la ventana -
se trataba de una persona de España - en verano, echa insecticida y mira como
muere cerca de ti una mosca. Y bueno, ya está. La primera parte de la
predicción está hecha. Después, coge un billete de cinco euros, añade 6 ceros y
has hecho 5 millones, enrolla la mosca en ese billete y entiérrala.
"Alguien ha muerto cerca de ti y te ha costado mucho dinero". Y la
predicción se ha hecho, la persona la ha hecho y la obsesión se ha ido.
¿Cómo ha sido creada la sociedad? Hay unos sueños. Luego esos sueños se
convierten en canciones. Después las canciones se convierten en mitos, después
esos mitos se convierten en leyes... y así la sociedad está basada en esos
mitos. Hay mitos religiosos que sostienen la sociedad. Nosotros podemos dar
otra interpretación a los mitos. Y esto es posible porque así los renovamos sin
dañar a la sociedad. Porque cuando uno ataca a un mito fundacional de la
sociedad, esta tiembla y la pones en peligro porque es su base. Si tú atacas
algo sobre lo que la sociedad se sostiene, la sociedad te ataca... y te condena
a muerte. Pero si tomas un mito fundacional y lo reinterpretas, esa sociedad
empieza a cambiar.
Esta brillante entrevista de Alejandro Jodorowsky ha llegado a mí en el momento justo. Ha sido como reforzar una manera de pensar y de sentir en la que por fin soy consciente de lo que está sucediendo. Y aunque alguno puede preguntarse qué coño tiene que ver todo esto con la Preysler, con Marilyn Monroe o con Mario Vargas LLosa, sí que tiene que ver. Y mucho. En realidad todo está conectado: la razón de por qué unos triunfan y otros mueren jóvenes convertidos en mitos está muy relacionada con la historia personal de cada uno y de cómo se ha trabajado para convivir con ella, o de cómo se ha trabajado para soltarla. La grandeza de todo esto es llegar a comprenderlo. Muchos mueren sin ni siquiera darse cuenta de que han vivido lo que el resto del mundo quería que viviera, atrapados, muchas veces, por un histórico del que les resulta imposible desprenderse. Como Norma Jean, alias Marilyn.
Y luego están los que viven sus vidas exactamente como han
decidido vivirla, bendecidos además con una historia personal que han sabido
utilizar a la perfección para lograr una forma de vivir envidiada por el resto.
Como la Preysler.
En el fondo casi todos necesitamos un modelo de vida, un
espejo donde mirarnos. Un referente, real o imaginario.
Marilyn dijo:
"Creo que todo pasa por una razón. La gente cambia para que
puedas aprender a dejar las cosas ir. Las cosas van mal para que puedas
apreciar cuando van bien. Crees mentiras para que eventualmente aprendas a no
confiar en nadie más que en ti mismo, y a veces, las cosas buenas se desmoronan
para que cosas mejores tengan lugar".
Isabel es célebre por frases como:
"Hago esfuerzos
increíbles para ser puntual"
¿Por qué nos complicamos tanto la vida para mostrar al resto del
mundo lo buenos que somos?... ¿Para qué tantas explicaciones?... Todo es tan
simple... Nos han educado en una sociedad enferma en la que ser dichoso se
considera una locura. Si sonríes porque sí o si eres un señor con una trayectoria y
decides vivir una historia de amor a los 80 años la gente pensará que te falta
un tornillo. Quizá algún día nos percatemos de que lo más sencillo que hay en
la vida es SER uno mismo. Que a muchas personas les ocurren cosas trágicas que
deciden no hacer públicas, y que en realidad no existe un solo sufrimiento del
que no seamos responsables.
Y si no, que le pregunten a La perla de Manila.
- ¡Lovisindieeer...!
parece tararear Isabel al ritmo de Jonh Paul Young en las portadas de las revistas
en la sale retratada junto a su pollo, octogenario, enamorado y
premio Nobel.
- Y al que le pique, que le den -
parece responderle él cautivado - porque nunca es tarde y aún me quedan sueños
que cumplir.
Ahí queda eso.
Volveré.
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