viernes, 28 de octubre de 2011

SÓLO HICE LO QUE HABÍA QUE HACER












En mi pueblo la huelga de conductores de autobuses dura ya varias semanas. Sus empleados llevan  meses sin cobrar sus nóminas, y, de la misma forma que multitud de empresas han ido a la huelga o han presentados ERE, ERTES o EMES (es un poné), ellos han hecho lo propio.

La diferencia estriba en que a la gente le importa un comino que una empresa que se dedica a fabricar coches o  paneles de energía fotovoltaica se vaya a la mierda, porque no les afecta directamente. En el caso de los autobuses es diferente, ya que cientos de personas dependen de ellos para desplazarse a sus lugares de trabajo, de estudio, o de lo que sea.
La gente los pone a parir mientras ellos no pueden pagar sus hipotecas ni cubrir sus necesidades básicas, más que nada, porque desde hace bastante rato no cobran ni un céntimo. No recuerdo nada parecido desde hace años.
Sin duda, los conductores se han quedado con la copla de lo que hicieron los controladores aéreos y han decido poner en marcha la misma estrategia. Puede que el caos que se originó cuando se pusieron todos los controladores malitos, no parezca, a simple vista, comparable con la huelga de unos humildes conductores de autobuses, pero a la gente tampoco se le pasaba por la cabeza lo que podía ocurrir cuando lo de la burbuja inmobiliaria y mira ya por dónde vamos.

Bandler  y  Grinder (no tienen nada que ver con Banner y Flappy), en su libro “La estructura de la magia”  desarrollan algo llamado “Programación Neurolingüística” Y dejan constancia de que el ser humano capta sólo una parte de la realidad externa, no su totalidad. También recalcan que “cada individuo percibe el mundo a través de una serie de filtros que están constituidos por: la historia personal, la cultura, la pertenencia a un grupo social, las creencias, valores, intereses, y suposiciones”. De esta forma, las personas, cuando toman decisiones lo hacen de acuerdo con el mapa que manejan (o el mapa que poseen).
En esto debía ser experto Steve Jobs. Flipante  como mínimo   es lo que ha originado la muerte de este multimillonario y hombre de empresa calificado como: “sabio”, “visionario de la era digital”, o, como “un héroe popular”.
Otra de las perlas ha sido :“Jobs trabajaba para demostrar que era capaz de convertir sus visiones en realidad.”
Bueno, esto es lo que ocurre con millones de seres anónimos, y, no tanto: Julio Verne, Leonardo da Vinci, o, Chochenaguer por ejemplo, que,  después de ser campeón de culturismo y hartarse de hacer pelis, decidió casarse con una Kennedy y  de camino,  meterse a político. No me extrañaría verlo convertido en Presidente de los Estados Unidos en cero coma. Total, Ronald Reagan lo consiguió sin hacer pesas y con Nancy Reagan como esposa.
Mi hija (criatura adolescente) se disponía a desayunar cuando se me ocurrió preguntarle acerca de qué opinaba sobre la muerte de Steve Jobs. Me contestó sin inmutarse que no le afectaba mucho más que otros sucesos de actualidad y que creía que la reacción del Globo Terráqueo ante su muerte ha sido exagerada.
En síntesis, me dijo: “Creo que era un hombre que simplemente hizo muy bien su trabajo.”
Puede que el secreto de Jobs fuera conectar emocionalmente con la gente y establecer una vinculación sentimental con su producto que, digan lo que digan, fue desarrollado para ganar dinero. Toda una heroicidad.

Irena Sendler, en cambio, no tuvo tanta repercusión mediática.  Durante la Segunda Guerra Mundial consiguió un permiso para trabajar en el Guetto de Varsovia como especialista en alcantarillado y tuberías. Irena pasaba niños escondidos de las maneras más inverosímiles:
En su caja de herramientas, en un saco de arpillera que llevaba en la parte de atrás de su camioneta…Sustituyó la internete, el teléfono móvil y todo ese tipo de chuminás camperas por un perro al que había adiestrado para que ladrara a los soldados nazis cada vez que entraba o salía del Guetto. El perro se ponía como una fiera cuando veía a los soldados nazis, que se acojonaban bastante. Además, con los ladridos del perro, ocultaba los ruidos de los niños.
Con esta revolucionaria técnica, Irena Sendler consiguió sacar y salvar a 2500 niños, de los que mantenía un registro que guardaba enterrado bajo un manzano en el jardín de su vecino, porque vivía  los tiempos de guerra pensando en los tiempos de paz. Tenía “una visión”  y no le bastaba con mantener con vida a aquellos niños. Quería que algún día pudieran recuperar su identidad y sus familias.
A pesar de ser torturada brutalmente por la Gestapo, y condenada a muerte, Irena, no dijo ni mú. Afortunadamente el soldado que la llevaba camino de la ejecución aceptó el soborno de la resistencia (no querían que la ejecutaran con el secreto de la ubicación de los niños), y la dejó escapar.
Al finalizar la guerra ella misma desenterró los frascos y utilizó las notas para encontrar a los 2500 niños que colocó con familias adoptivas.
Irena siempre renunció a verse como una heroína y nunca contó a nadie nada de su vida durante aquellos años. “Solo hice lo que había que hacer, debí salvar a más…” solía decir. Murió en Varsovia en mayo de 2008 a los 98 años, en la habitación de un asilo en la que nunca faltaban ramos de flores y cartas de agradecimiento de todos los rincones del Planeta.
Su candidatura para el premio Nobel de la Paz no pasó de ser una candidatura, y fue Al Gore el que se llevó el gato al agua por unas diapositivas  la mar de monas sobre el calentamiento global. Y  tal vez – por qué no -  como compensación por haberle sido arrebatada por el morro la Presidencia de los Estados Unidos.
Muchas veces uno no puede elegir lo que le toca vivir, pero sí cambiarlo…
Eso precisamente fue lo que pensé el jueves pasado cuando me enteré que la Duquesa de Alba se había casado. Mientras pasaba mi aspiradora , miraba  algunas imágenes en la tele. No podía oír nada pero tampoco hacía falta.

Cayetana Fisyeimsestiuar no tiene ni idea de ordenadores ni salvó a un montón de niños. Su “mérito” ha sido nacer  rica. Tiene una colección de títulos nobiliarios  como para empapelar cualquiera de sus innumerables chozas. Posee más joyas que la reina de Inglaterra, la Baronesa Thyssen y Marujita Diaz juntas, Obras de Arte, y, más kilómetros de tierras que los que recorrió Forres Gump cuando le dio la picá y se puso a correr sin parar como un loco por toda Norteamérica.
Todo un  elenco de “virtudes” que harían de ella una candidata excelente para que mentes calenturientas y envidiosas, o, simplemente  el pueblo, la odiara. Pero resulta que no la odian. La gente se identifica con ella porque dejando a un lado el telerón que llevaba debajo del brazo cuando nació, la consideran un espíritu libre al que le encantan los mercadillos, lo hyppie, los toreros y los gitanos. Porque ha  hecho desde chica lo que le ha salido del moño, sobre todo, en lo referente al Amor. Y eso, tal y cómo está el patio, mola mazo.
En fin, mientras aspiraba mi sofá, vi a una señora de 85 años bailando un corte de mangas en forma de  sevillanas, dentro de una iglesia. Ya fuera, siguió haciendo más cortes de mangas (esta vez por rumbas), y no vaciló en quitarse  las manoletinas (anda que no vaciló…) que llevaba puestas, y zapatear con sus pies descalzos a lo Remedios Amaya.

A lo mejor cuando muera la Duquesa,  su panteón no albergará una frase lapidaria como en la que Irena Sendler  afirmaba “sólo hice lo que había que hacer” pero seguramente, y, sobre todo, desde el jueves pasado, al contrario que con Remedios Amaya, no ha quedado ni un resquicio de duda sobre quién maneja su barca: se ha colocado el mundo por montera, ha repartido a sus vástagos-buitres  su herencia en vida  para que la dejen tranquila, y se ha casado con un pollo 25 años menor que ella que la trata como a una reina.
“Porque tú lo vales, Caye…” parecía susurrar la  tímida sonrisa del novio cuando, su ya esposa, se puso a bailar como una zíngara en medio de una juerga gitana.

Hay mañanas en las que todos los periódicos tienen la misma portada, dependiendo del héroe  o villano que toque. De lo que casi nunca hablan es de los millones de héroes anónimos que, visionarios o no, trabajan duro cada día  para demostrar que son capaces de convertir sus visiones, o,  a falta de éstas, sus Sueños, en Realidad. Y si  eso no es posible, al menos poder decir: “Sólo hice lo que había que hacer”. A lo mejor es porque eso no vende…

En éstas me encontraba pasando la aspiradora, cuando la niña después de ponerse como el Quico de cereales con leche, va y me suelta:
“Mamá, Apple se ha quedado como España: sin “jobs”.
 Para que luego digan que los adolescentes no cavilan...

Hasta pronto


Amanda Flores