martes, 11 de octubre de 2022

DRAMAS Y DESENCANTOS

 


Querido diario:


Que Lo poco espanta y lo mucho amansa era uno de los mantras con los que mi madre solía apuntalar oportunamente cualquier conversación. Aquí servidora, curtida como un jamón de Cinco Jotas a base de caerme y levantarme, he tomado buena nota de esos mantras porque son pura sabiduría, de ese tipo de sabiduría que grita todos los días en las calles y nadie hace caso.

Últimamente veo mucha flor de invernadero, a muchos y muchas que se ahogan en un vaso con agua. Últimamente veo mucha desconexión de la realidad, mucho postureo, muy poco criterio. Estoy muy cansada y tengo el firme propósito de no malgastar ni un solo gramo de mi escasa energía, ni un nanosegundo en el metaverso en escuchar a quien hace un drama de cualquier eventualidad. Que no digo yo que no se cague una en todo en un momento dado y que se puede llegar al hartazgo por los obstáculos que se nos pone por delante para tal efecto, pero se trata de que el pataleo dure lo justo y sirva para reflexionar. Se trata de tomar impulso, no de saltar de un drama a otro cuando éste ni siquiera alcanza la categoría de drama.

Después de todo y echando un vistazo a todas las calamidades que se han sucedido a través de la Historia tiene uno que sentirse afortunado con la época que le ha tocado vivir, donde uno puede elegir, o eso dicen, y también, una época en la que hay que matizarlo absolutamente todo para no mosquear a colectivos, ideologías, patologías, y donde eufemismos tipo poner límites se han sustituido por el ¡váyase usted al carajo! de toda la vida de dios. Esa época.

 

Ese era el mensaje que trataba de enviar esta mañana a alguien que quiero mucho, acomodado en conductas aprendidas que no quiere desaprender por pura flojera emocional y por miedo, pero no sabía cómo decírselo. Y entonces, ¡magia!, en una red social alguien deja en su muro este mini cuento de Gabriel García Márquez sobre los dramas y los desencantos que borda el pensamiento que quiero expresar.

Dice así:

 

 …el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.

FIN

 

Y para restar drama acabo dando rienda suelta a mi vena romántica y dejo por aquí, Specially for you, la canción con  que me ha obsequiado Spotify durante mi paseo matutino   que me ha transportado a otras épocas lejanas donde se bailaba lento y esas cosas.


Volveré.